La importancia de dormir bien

Es más, se ha demostrado que también influye en nuestros genes. Un estudio (1) realizado en 2013 demostró que el privarse de sueño por una semana alteraba la función de unos 700 genes, incluyendo aquellos implicados en el estrés, la inflamación, la inmunidad y el metabolismo. Sin duda hoy se sabe que un insomnio crónico genera un impacto en la salud generando síntomas como son confusión, pérdida de memoria, baja inmunidad, e incluso enfermedades como problemas cardiovasculares, diabetes, depresión y obesidad.
Más de 4 millones de adultos españoles sufren insomnio crónico, y entre un 25-35% de la población adulta lo padece transitorio, según los datos (2) de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El impacto que tiene la falta de sueño en el apetito (3) es igual para ambos sexos: una inclinación a comer de más, pero mientras que en los hombres la falta de suficiente sueño provoca una elevación de los niveles de ghrelina (hormona que estimula el apetito), en el caso de las mujeres, los niveles de ghrelina no cambian, pero sí se ven afectados los de GLP-1, una hormona que suprime el apetito.
A medida que envejecemos también se dificulta el poder dormir bien durante la noche, estimando que un 40% de los adultos mayores se ven afectados. Cada vez hay más evidencia entre la relación de un sueño alterado y el deterioro cognitivo.
El ciclo natural de sueño y vigilia regula casi todo en nuestra vida, destacando cómo los patrones de secreciones hormonales se ciñen a él. Es por ello que las personas que por sus responsabilidades laborales trabajan de noche tienen más riesgo de albergar enfermedades potencialmente graves.
Sentirse a menudo cansado, hambriento durante el día sin justificación, olvidadizo o con trastornos del ánimo –mayor irritabilidad por ejemplo– puede corregirse mediante «un buen dormir».
Para evitar el insomnio, los expertos recomiendan llevar un ritmo de vida regular manteniendo estables los horarios de sueño y comidas y aprovechar los ciclos de luz para ajustar los horarios; evitar agentes externos que puedan importunar el descanso, y evitar las comidas copiosas y las bebidas estimulantes, sobre todo antes de dormir. Además, otras de las recomendaciones pasan por realizar deporte y llevar un estilo de vida activo; no tomar medicamentos para dormir sin consultar antes con un especialista, y consultar también con el profesional de salud si se piensa que puede padecer algún trastorno del sueño.
Recomendaciones Nutergia para dormir bien
- Alimentación sana e hipotóxica.
- Evitar los excitantes, el tabaco, el alcohol. Debilitan el organismo y perturban los ciclos normales del sueño.
- Tomar un desayuno rico en proteínas y reducir su consumo por la noche.
- Elegir aceites vírgenes primera presión en frío para un aporte de ácidos grasos esenciales.
- Ejercicio físico regular (aumento de los niveles de endorfinas y exutorios), pensamientos positivos.
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- De 1 a 2 dosis-tapón (de 10 a 20 ml) en 1/2 vaso de agua. Beber fuera de las comidas.
- Curas de 2 a 3 meses.
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*Consultar siempre con su profesional de salud
Bibliografía:
1. C.S. Möller-Levet et al., «Effects of Insufficient Sleep on Circadian Rhytmicity and Expression Amplitude of the Human Blood Transcriptome», Proceedings of the National Academy of Sciences 110, 12 (19 de marzo de 2013), pp. E1132-E1141.
2. Para obtener datos sobre el sueño y estadísticas sobre qué tanto dormimos, consulte a la Fundación Nacional del Sueño www.nationalsleepfoundation.org
3. Ann Luktis «Sleep’s Surprising Effects on Hunger», Wall Street Journal, Health 17, diciembre de 2012.
Departamento Técnico de los Laboratorios Nutergia
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